Si usted tiene un tatuaje en el área en el que espera tratar con la depilación láser, tenga en cuenta que el especialista no podrá eliminar el vello no deseado a menos de un centímetro del borde de su dibujo sobre la piel.
Eso significa que si usted es mujer y tiene un tatuaje en su pierna no podrá recibir un tratamiento completo si se decide por eliminar definitivamente el vello de sus pantorrillas con el sistema de depilación definitiva, la depilación láser.
Lo mismo sucede con los hombres, que suelen dibujar tatuajes grandes en la espalda. En ese caso, el especialista no podrá hacer nada por quitarle el vello de la parte posterior el tórax, al menos el de la zona que cubra el dibujo.
Hay tratamientos específicos con láser para quitar los tatuajes, pero no son los de la gama de los que que se utilizan para depilación láser que se emplea para acabar con el vello no deseado. No son los mismos y no son compatibles para ambos usos.
Pero ¿cuál es el motivo de que la depilación láser no pueda entrar a eliminar el vello que crece dentro del espacio de los tatuajes? La razón fundamental es el pigmento oscuro que da consistencia a la imagen.
El láser considera el color de fondo y el de los contornos del dibujo como si fuera melanina, que es el objetivo de la acción del calor concentrado de la técnica de la depilación láser. Una acción concentrada de calor medida en milésimas de segundo que busca destruir el pigmento del vello en crecimiento dentro de folículo piloso.
Si se aplicara sobre el tatuaje, el sistema de depilación láser ‘leería’ que las zonas oscuras del dibujo son melanina y por tanto las quemaría sin diferencia. Lo que haría en realidad es quemar la piel con grave perjuicio para la persona intervenida.
No sólo resultaría doloroso, dejaría una ampolla o una cicatriz en la zona de incidencia del láser, sino que, además, arruinaría el tatuaje irremisiblemente.
Por esa razón, si usted desea eliminar en el futuro el vello en alguna parte de su cuerpo, pero también quiere disfrutar del efecto decorativo y llamativo de los tatuajes precisamente en las zonas donde crece el pelo que no quiere, la solución de compromiso será adoptar un tatuaje no permanente.
Un tatuaje natural con henna, por ejemplo, que pueda llevar durante el tiempo que desee, renovarlo o sustituirlo por otro, pero con un tiempo de caducidad, de forma que no le impida acabar con el vello allí donde no le gusta y donde una vez estuvo el tatuaje.
Ahora, ya sabe cómo proceder con su gusto por el tatuaje corporal y cómo casarlo con su deseo de utilizar la depilación láser.
Mercè Durán
Directora de SUÁVITAS
No hay comentarios:
Publicar un comentario